Sobre las valoraciones, las estrellitas y otras formas de decir que algo te ha gustado o no



Soy usuaria habitual de Kindle, tanto en su versión Unlimited como en la de pago. Para mí es muy cómoda la literatura digital ya que puedo leer en cualquier momento sin tener que cargar con un libro y además, al leer versiones originales en inglés, puedo consultar en línea los términos que no entiendo y dejar anotado el nuevo vocabulario. También me resulta muy interesante la herramienta de notas que luego exporto a un archivo y mantengo cualquier cosa que me llame la atención de un libro (incluidos errores ortográficos, gramaticales, etc.; es deformación profesional, no puedo evitarlo).

Pues los señores de Amazon tienen la costumbre de pedirte (es opcional, ojo), que valores tus compras y, evidentemente, las lecturas entran dentro de esa categoría: sí, son compras, aunque como usuaria de KU no pague directamente por el libro, sí pago una cuota de 9.99 € al mes que me permite acceder «gratis» a una serie de títulos.

Y yo, como buena mandada, cuando termino un libro, suelo poner estrellitas y explicar mi valoración. El problema viene cuando te encuentras con la autora de turno que parece que no acepta tu valoración y encima te llama mala persona.

Sí, tal cual, alguien pidió colaboraciones y yo me ofrecí; cuando vi que el libro estaba en KU me encargué YO de descargarlo, ergo, lo compré. La autora anunciaba una novela con unas características que no se cumplieron, además se tener bastante inmadurez narrativa y haber metido mucha paja (eran más de 700 páginas). Si bien se lo dije por privado, también es cierto que la puntué en Amazon (no recuerdo ya si con dos o tres estrellas) porque yo había comprado el libro, es decir, por fin no hubo colaboración. Poco tiempo después leo por redes que públicamente está llamando malas personas a aquellas que expresan su opinión (sincera) en los libros autopublicados con pocas valoraciones y el flaco favor que les hacen las puntuaciones bajas a su carrera como escritores. Evidentemente le escribí por privado y después de intercambiar unas cuantas frases, terminé siendo aún peor persona.

He hecho alguna colaboración y, me haya gustado más o menos la novela, he intentado hacer una reseña y una valoración lo más neutrales posibles ya que en estos casos ha sido el/la autor/a quien me ha hecho llegar el libro, por lo que, evidentemente, no he dejado estrellitas en Amazon porque YO NO HE COMPRADO EL LIBRO (aunque en Goodreads sí habitúo a dejar mi opinión y en Bookmory ya ni os cuento, ¡ahí llego a hacer novelas sobre las novelas!).

También he leído libros de amigas. Unos me han gustado más, otros me han gustado menos. Cuando ha pasado lo segundo he hablado con ellas pero no he hecho ninguna valoración pública. ¿Favoritismo? Por supuesto y a quien no le guste que no mire. 

Yo entiendo la ilusión pero, por favor, bajemos a tierra, no podemos gustar a todo el mundo y en el momento en el que nos exponemos a él (nosotros o a nuestra obra, del tipo que sea) podemos recibir críticas. Unas serán educadas y otras no. La madurez está en aceptarlas y no en culpar al otro de nuestras inseguridades. Y ya puestos, lo siento, pero no todos valemos para todo. Parece que la frase «tú puedes ser lo que quieras» de Barbie se ha ido de madre. Sí, puedes ser lo que quieras pero la naturaleza no te va a dejar serlo. Yo no valgo para pintar, por ejemplo, la vena artística de mi familia se la llevó mi hermana mediana, puedo intentar hacer un curso y quizás así consiga dejar de ser mediocre, pero tengo claro que nunca seré buena dibujando porque no valgo para ello. Tengo otras virtudes (que no ha lugar a enumerar) pero cantar tampoco está entre ellas (salvo que necesitéis que llueva, entonces contad conmigo).

Cuando somos pequeños, es normal que nuestros padres, familiares y amigos nos animen y nos digan que les gusta cualquier cosa que hagamos (ojo, siempre es mejor alabar la diversión que ha tenido el niño y valorar su esfuerzo que decir por costumbre «qué bonito»), pero cuando empezamos a crecer y a exponernos al mundo real... el mundo no está para darnos palmaditas en la espalda, el mundo real está para enseñarnos a vivir, hacernos madurar a base de tortas, si es necesario y permitirnos desarrollarnos como individuos y personas libres e independientes.

Hace poco alguien me preguntó qué necesitaba tener un libro para que yo diera la calificación máxima, la respuesta fácil: bien escrito (sin errores gramaticales, ortográficos, etc.), que me atrape tanto que se me haga imposible soltar el libro porque quiero saber qué ocurre a continuación, que me pueda sentir identificada con algún personaje (sea por edad, sentimientos, afinidades, etc.) y que remueva algo dentro de mí (tristeza, empatía o simplemente que me haga pensar). Fácil de responder pero difícil de encontrar. Es lo que tiene ser alguien con una edad y muchas lecturas a la espalda.

Así que si un día te doy una valoración baja, no te lo tomes de manera personal: es mi opinión personal, más o menos visceral, y siempre intentaré que la justificación sea lo más objetiva posible. 

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